En los territorios ocupados las personas se dividen en dos categorías: señores y nativos. Para los señores en los asentamientos hay un sistema judicial especial, israelí, y ellos, estando fuera de Israel, están sujetos a los juzgados israelíes. Son énclaves judiciales israelíes flotando sobre el territorio de la Cisjordania ocupada. Qué sucede cuando los nativos palestinos trabajan en los asentamientos de los señores? Supuestamente deberían estar sujetos a las leyes laborales israelíes, que no son gran cosa, pero de todas formas: obligan a pagar un salario mínimo y respetar ciertos derechos. Pero los señores empleadores en los asentamientos no quieren: un nativo es un nativo, y su precio – el precio de mano de obra nativa. 90 shekel al día, 120 shekel al día, así se paga el duro trabajo en la fábrica Solor, industrias de gas.

Y los nativos trabajan: con sustancias peligrosas, sin máscaras anti-gases trabajan con Bromo, en la división de pintura sin acceso de aire fresco, en un ruido infernal, y pagan con serios daños a la salud. Todo esto fue registrado e informado por los compañeros de Kav Laoved que acompañan a los trabajadores que luchan por sus derechos ya hace años. Y ahora, el 19 de octubre, los trabajadores salieron a la huelga. Fuerza a los trabajadores – fuera la ocupación!

La fábrica Solor – Industrias de Gas se encuentra en el parque industrial "Nitzanei Shalom" (Bonito nombre "nitzanei shalom" significa "pimpollos de paz"). Su ubicación: pegado por el este a la valla de separación por el este, de manera que otros alambrados lo separan de la ciudad palestina de Tul Karem. Un terreno cerrado, acorralado – entre la valla y Tul Karem. Ubicación perfecta.

No está sola la fábrica Solor. La periodista holandésa Simone Korkus informa ya hace tres años sobre condiciones de trabajo vergonzosas en las fábricas del parque industrial "Nitzanei Shalom". Esto registró en la fábrica Tal-El de reciclaje de cartones:

Es mejor que no trabajar", dice Mohammad, de 35 años, acerca de su trabajo en la fábrica de cartones de Tal-El. Tiene cinco hijos, trabaja aquí seis días a la semana, nueva horas por día, a cambio de un salario de 11 shekel la hora – 7 por debajo del salario mínimo israelí. Se considera afortunado. Tiene, según él, un privilegio: puede alimentar a su familia y enviar a sus hijos al colegio.

Pero a veces está aterrado. Si se llega a enfermar, si se llega a retrasar, o si solicita un aumento, su patrón lo despedirá. Ya pasó en el pasado. Trabajadores que se atrasaron a llegar fueron suspendidos sin sueldo por lo menos una semana. Los rebeldes, los enfermos, los débiles son inmediatamente despedidos. "El patrón puede conseguir miles de reemplazantes en un instante", explica. Por eso, sale de su casa todas las mañanas antes de las cinco, no reclama recibir el sueldo mínimo, trabaja también cuando se enferma y durante la fiesta Id el-Adha. Nunca se tomó vacaciones.

Dirán ustedes: conocemos eso en Israel, abuso laboral – está bien, también lo tenemos nosotros! Pero reconozcan que a pesar de todo, la ocupación es un adelanto tan serio que permite a los patrones eludir también las limitadas leyes laborales, que si existen en Israel. Que bueno que el capitalismo israelí tiene un cómodo patio trasero.

Más aún: la valla de separación, el muro y los alambrados, es una verdadera bendición para los inversores sofisticados: a la vez que niega el acceso de miles de palestinos a fuentes de trabajo – ese es el palo que empuja a trabajar por salarios de hambre, ella permite crear énclaves extra-territoriales fuera de Israel. Y claro, como la valla es por motivos enteramente de seguridad, las inversiones y la infraestructura son resguardadas a cuenta del estado. Para eso hay ejército. Al parque industrial hay una entrada por el oeste para los israelíes y una entrada por el este para los obreros palestinos. Ni dentro de Israel – ni en Cisjordania: un verdadero énclave.

Esto se llama: capitalismo colonial: su infraestructura – los alambrados, los puestos de control, el ejército – son abastecidos por el estado; el territorio donde se establece es un énclave bajo ocupación militar, pero extra-judicial; los nativos que trabajan pasan un proceso acelerado de inserción en el capitalismo más cochino: pierden sus medios de producción (tierras agrícolas), son separados de otras fuentes de subsistencia por la vallas y los puestos de control, y ahora, cuando necesitan con urgencia ingresos, se convierten en buena mano de obra, proletarios que trabajan en lo de los señores-inversores. Los puestos de control no son tan sólo una violación más a los derechos humanos. Esos puestos son una herramienta de abatimiento y disciplinamiento. Proveen mano de obra. Son parte de la infraestructura económica del capitalismo colonial.

Lo decimos nosotros? La representante del Ministerio del Trabajo de la Autoridad Palestina en Tul Karem, Shahaia Yaacub, dijo claramente en 2007 que la construcción de vallas convirtió a Nitzanei Shalom, a los poblados y las fábricas próximos al puesto de control en sumamente atractivos para empresarios israelíes:

"Por un lado, la construcción del muro empeoró el problema del desempleo crónico entre los palestinos", decía Yaacub." 150 mil palestinos que trabajaban legalmente en Israel antes del año 2000 ya no pueden entrar a su territorio, y decenas de miles de agricultores fueron desconectados de sus tierras por el muro y los alambrados. Hoy, solo diez mil obreros como promedio pueden ingresar al territorio de Israel, dependiendo de la situación de seguridad.

Por eso, la mano de obra barata palestina va creciendo. Esta gente está desesperada y dispuesta a trabajar en cualquier labor por cualquier salario. Por otro lado, las fábricas israelíes se sienten cómodas en la zona de la valla por el alto nivel de seguridad."

Así es Nitzanei Shalom, un parque industrial visto por detrás del muro, desde Tul Karem. En 2009 produjeron allí por 500 millones de shekel.

Pregunta: cómo se dice en hebreo, o en árabe, o en cualquier otro idioma, un lugar cerrado y militarmente custodiado, al cual ingresan trabajadores por portones especiales, para trabajar por un salario de hambre?


  • Y algo más: la fábrica Solor pertenece al "Grupo Solor", activo en varios ramos – no sólo contenedores de nafta y gas y tubos de agua. Hay otras cosas: el Grupo Solor, liderado por el empresario David Oron, es propietario de la empresa HaTachuf, que "desarrolla y produce vehículos especiales para usos militares y civiles, entre ellos, vehículos blindados, gasolineras para aviones, vehículos para intervención inmediata, vehículos para dispersar manifestaciones y vehículos bomberos y de auxilio".
  • Y si quieren saber algo más: el grupo Solor entró también al ramo del pan orgánico. Produce el pan orgánico de Teva-Market. Acaso, no lo van a boycotear?

No te pierdas la película documental sobre las zonas industriales en las colonias: